La jornada arrancó con sobresaltos en Tokio. La victoria de Sanae Takaichi como nueva líder del Partido Liberal Democrático desató una ola de especulación sobre posibles estímulos fiscales agresivos. Los mercados interpretaron ese giro como una señal de mayor endeudamiento y una postura más flexible del Banco de Japón. En cuestión de horas, el yen cayó casi un 2 % frente al dólar, ubicándose en torno a los ¥150,35, su nivel más débil en cinco meses. Los bonos japoneses también reaccionaron con un aumento en sus rendimientos, reflejando las expectativas de mayor gasto público.
Mientras tanto, en Europa, la situación política francesa añadió más leña al fuego. La renuncia repentina del gobierno recién formado generó un fuerte golpe de incertidumbre sobre la estabilidad del país y de la zona euro en general. El euro perdió terreno frente al dólar, presionado también por la posibilidad de que el Banco Central Europeo tenga que flexibilizar su política monetaria ante señales de enfriamiento económico.
El resultado fue un fortalecimiento general del dólar estadounidense, que volvió a su papel clásico como refugio en tiempos de tensión. Los inversionistas globales, ante la mezcla de riesgo político y perspectivas económicas inciertas, prefirieron mover su capital hacia el activo más seguro del mercado.
Para América Latina, este escenario tiene consecuencias claras. Una moneda estadounidense más fuerte puede ejercer presión sobre divisas como el peso mexicano, el real brasileño o el peso chileno, encareciendo las importaciones y aumentando el costo de la deuda externa. Sin embargo, también podría favorecer a los exportadores regionales, que reciben más pesos o reales por cada dólar exportado.
Los analistas coinciden en que la volatilidad podría mantenerse durante las próximas semanas, sobre todo si el Banco de Japón o el Banco Central Europeo deciden intervenir con nuevas medidas. Por ahora, el dólar mantiene la delantera, y los operadores de forex en Latinoamérica hacen bien en mantenerse atentos a las señales que llegan desde Tokio, París y Washington.
El mensaje de esta jornada es claro: la política volvió a dominar los mercados. Y cuando el ruido aumenta, el dólar sigue siendo el refugio que muchos buscan.