El movimiento del Riksbank tomó por sorpresa a los mercados al anunciar un recorte de su tasa de referencia al 1,75 %. En un escenario tradicional, una decisión de este tipo suele presionar a la baja la moneda local, pero ocurrió lo contrario: el SEK reaccionó con fuerza y el par EUR/SEK retrocedió. Esta reacción muestra que los operadores valoraron más el contexto económico de fondo que el simple acto de bajar las tasas.
Suecia atraviesa un momento delicado en su economía, con señales de debilidad que justifican estímulos, pero también con la expectativa de que la recuperación global beneficie a su sector exportador. Esa combinación hace que la moneda encuentre soporte adicional, incluso en un marco de política monetaria más laxa. Para bancos de inversión como UBS, el panorama sigue siendo favorable para la corona y no descartan que el EUR/SEK pueda descender por debajo de 11,0 en los próximos años.
El debate ahora se centra en el rumbo que tomará la política monetaria del Riksbank. Algunos analistas consideran que todavía hay espacio para más recortes, sobre todo porque la inflación ha cedido respecto a los picos anteriores. Otros, en cambio, advierten que el ciclo podría estar cerca de su fin, ya que mantener una política demasiado expansiva podría aumentar riesgos de inflación y volatilidad cambiaria.
En lo que va de 2025, el banco central sueco ya había realizado ajustes importantes, como el recorte de junio que llevó la tasa al 2 %. En aquel momento se dejó la puerta abierta a nuevos movimientos, y ahora esa promesa se ha materializado. Sin embargo, la cautela empieza a dominar el discurso, ya que cada decisión tendrá efectos inmediatos sobre la divisa y sobre la estabilidad financiera del país.
En conclusión, el recorte del Riksbank abre un nuevo capítulo para la corona sueca. Aunque a primera vista parece contradictorio, la reacción positiva del SEK refleja la confianza del mercado en que Suecia puede sortear mejor el entorno global con una moneda más competitiva. Para los operadores de forex, el mensaje es claro: la corona seguirá en el radar y, pese a los riesgos, podría mantener una trayectoria de fortaleza frente al euro en el corto y mediano plazo.