La lectura de Schmid llega en un momento clave, cuando los mercados buscaban claridad sobre el rumbo de la Fed. Según el funcionario, la institución se encuentra cerca de cumplir con su doble mandato de controlar la inflación y sostener el empleo, pero no puede confiarse en que esa situación se mantenga sin ajustes. Para él, la política monetaria actual, algo restrictiva, es la adecuada para evitar excesos y contener cualquier repunte inflacionario.
El presidente de la Fed de Kansas subrayó que las próximas decisiones deberán ser anticipadas y basadas en la información más reciente sobre el mercado laboral y los precios. En su opinión, más que reaccionar a lo que ya ocurrió, la clave está en prevenir los riesgos que se vislumbran en el horizonte. Esto cobra relevancia ante la posibilidad de que un enfriamiento del empleo afecte a la economía en los próximos meses.
Otro aspecto que destacó Schmid fue la importancia de la labor de supervisión bancaria de la Fed. Recordó que garantizar la solidez del sistema financiero es parte de la estabilidad general que busca la institución y que un sector bancario sano es vital para sostener tanto la actividad económica como la confianza de los inversionistas.
Las palabras del funcionario no pasaron desapercibidas en los mercados. El dólar se fortaleció tras sus declaraciones, con el índice DXY avanzando cerca de 0,38 % y ubicándose en torno a los 98,20 puntos. Esto confirma que los operadores de divisas ven en la postura de la Fed un argumento para mantener la fortaleza del billete verde, al menos en el corto plazo.
En conclusión, el mensaje de Schmid fue claro: la Fed está cerca de cumplir sus objetivos, pero el entorno sigue siendo incierto. Los riesgos sobre el empleo obligan a la institución a mantener una estrategia prudente, dependiente de los datos y siempre con la vista puesta en los posibles cambios que puedan poner en jaque a la economía estadounidense. Para quienes operan en el mercado de divisas, estas señales sugieren que el dólar podría seguir mostrando resiliencia frente a sus pares, especialmente en América Latina, donde los bancos centrales mantienen un pulso constante frente a la inflación y la volatilidad global.