El panorama para Pi Network se volvió sombrío en las últimas semanas. A pesar de los intentos de la comunidad y de los fundadores por sostener el interés —incluso con encuentros presenciales como el realizado en Seúl— el precio no logró recomponerse. El token se mueve dentro de un canal descendente y cada rebote técnico se queda corto, sin fuerza suficiente para revertir la tendencia.
En el terreno técnico, los indicadores acompañan el sentimiento negativo. El RSI se mantiene en zona de debilidad y el MACD amenaza con confirmar un cruce bajista, lo que suele anticipar nuevas ventas. La combinación de estos factores pone al mercado en alerta: si se pierde la zona de 0,3220 dólares, el camino hacia los 0,27 o incluso los 0,30 podría abrirse rápidamente.
El movimiento en los exchanges también deja pistas claras. En algunos mercados centralizados se observan depósitos significativos de PI, una señal de que muchos holders buscan liquidez para salir de la posición. Sin embargo, también aparecen datos que muestran lo contrario: retiros de tokens hacia billeteras privadas, lo que podría indicar que ciertos inversores aprovechan la caída para acumular a precios bajos.
Los escenarios de corto plazo se dividen en dos caminos posibles. Si el soporte aguanta, PI podría intentar un rebote hacia la zona de 0,40 dólares, nivel que serviría como primera resistencia importante. En cambio, si la presión bajista se impone, la ruptura del piso actual podría derivar en un desplome aún mayor y dejar a la criptomoneda en un terreno peligroso para los próximos meses.
En síntesis, Pi Network enfrenta un momento crítico. La tendencia sigue siendo bajista y los soportes están contra las cuerdas. Para quienes siguen de cerca esta criptomoneda, lo esencial será vigilar la evolución del precio en torno a los 0,3220 dólares y el comportamiento de los grandes inversores en exchanges, que pueden marcar el rumbo de lo que vendrá.