El oro volvió a convertirse en el activo estrella al alcanzar los 3.759 dólares por onza, su valor más alto de la historia. La expectativa de que la Reserva Federal recorte tasas en los próximos meses alimenta este rally, mientras la incertidumbre global refuerza la búsqueda de refugio.
La plata también brilló. Con un salto sostenido, llegó a niveles que no se veían en los últimos catorce años. Su impulso no solo sigue al oro, sino que también se apoya en la demanda industrial vinculada a tecnologías limpias y energías renovables, sectores que crecen de manera constante.
Wall Street en máximos
En paralelo, las bolsas de Estados Unidos vivieron otra jornada de euforia. El S&P 500 y el Nasdaq volvieron a marcar récords, impulsados por las grandes tecnológicas que se benefician de un escenario de tasas más bajas. El apetito por el riesgo sigue firme y los inversores parecen dispuestos a seguir apostando a empresas de crecimiento, aunque los analistas advierten que cualquier dato económico negativo podría frenar este impulso de golpe.
Qué significa esto para los inversores argentinos
Para quienes siguen los mercados desde Argentina, este contexto ofrece señales claras. La suba del oro y la plata beneficia a quienes tienen posiciones en acciones mineras o fondos vinculados a los metales preciosos. Por otro lado, la escalada de Wall Street puede repercutir en activos internacionales accesibles desde el mercado local, lo que abre oportunidades para diversificar carteras en un momento de alta volatilidad.
Conclusión
El escenario global se inclina cada vez más hacia los activos de refugio. El oro y la plata están marcando el ritmo de los mercados, mientras las bolsas estadounidenses disfrutan de nuevos récords. El punto de atención sigue puesto en la Reserva Federal, cuyos próximos pasos en materia de tasas serán determinantes para definir si este rally tiene todavía más recorrido por delante o si se avecina una corrección.