El contexto que impulsa al oro
El inicio del mes de octubre llegó con turbulencias en los mercados globales. La parálisis parcial del gobierno de Estados Unidos encendió la alarma en los inversores, que reaccionaron rápidamente buscando protección frente a la incertidumbre política y fiscal. El oro, tradicionalmente considerado un refugio en tiempos de crisis, respondió con un ascenso histórico que lo llevó a superar los 3,895 dólares por onza en su cotización al contado.
La caída del dólar fue un factor clave. La divisa estadounidense encadenó su cuarta jornada consecutiva de pérdidas frente a otras monedas, lo que aumentó el atractivo del metal dorado. Un dólar más débil hace que el oro resulte más barato para compradores de otras partes del mundo, lo que refuerza aún más la presión alcista.
La Reserva Federal en la mira
El movimiento en el oro no puede entenderse sin mirar lo que ocurre en la economía estadounidense. Los datos laborales de septiembre mostraron una pérdida de más de 30,000 empleos en el sector privado, un signo preocupante que se suma a la desaceleración ya visible en la actividad. Ante este panorama, los mercados están prácticamente convencidos de que la Reserva Federal tendrá que recortar tasas en su próxima reunión.
Esta expectativa favorece directamente al oro y a otros metales preciosos. Con tasas de interés más bajas, los activos que no generan rendimientos, como el oro, se vuelven más atractivos frente a los bonos del Tesoro. El mercado de futuros ya descuenta casi con total seguridad un movimiento de la Fed en esa dirección.
La plata acompaña la escalada
El impulso no fue exclusivo del oro. La plata alcanzó los 47 dólares por onza, su nivel más alto en 14 años. Este repunte refleja también la búsqueda de refugios seguros, pero además la fuerte demanda industrial del metal en sectores como la tecnología y la energía solar.
Lo que viene
El avance del oro se da en un momento de enorme sensibilidad. Si bien el entorno favorece nuevas subidas, la posibilidad de un acuerdo político que ponga fin al cierre del gobierno o un cambio en el tono de la Reserva Federal podrían provocar correcciones rápidas. Los analistas advierten que, aunque el rally puede extenderse, los niveles actuales ya se encuentran en una zona de sobrecompra técnica.
Conclusión
El oro volvió a brillar como protagonista indiscutible del mercado global. Su repunte responde a una mezcla de factores: la parálisis política en Estados Unidos, la debilidad del dólar y las crecientes expectativas de un giro en la política monetaria. Para los operadores en Latinoamérica, este escenario abre oportunidades, pero también obliga a la cautela. La volatilidad seguirá marcando el ritmo y el oro, una vez más, confirma su papel como el refugio por excelencia en tiempos de crisis.