El avance del oro responde en gran medida al clima de desconfianza que domina en Estados Unidos. La posibilidad de un cierre parcial del gobierno ha encendido las alarmas en los mercados, ya que implicaría la suspensión de publicaciones de datos económicos clave y pondría en duda la estabilidad política en la primera economía del mundo. Frente a ese escenario, los inversionistas han optado por mover capital hacia el oro, elevando su cotización a niveles históricos.
Al mismo tiempo, las expectativas sobre la política monetaria juegan un papel decisivo. La Reserva Federal se encuentra bajo presión debido a los recientes datos que muestran señales de enfriamiento en el mercado laboral y la actividad económica. Los mercados financieros descuentan casi con total seguridad que el organismo recortará las tasas de interés en su próxima reunión. Un menor costo del dinero reduce la rentabilidad de los activos tradicionales y vuelve más atractivo mantener oro, que no ofrece rendimiento pero sí protección.
El debilitamiento del dólar ha sido otro factor clave en este repunte. A medida que el billete verde pierde fuerza frente a otras divisas, el oro resulta más barato para los compradores internacionales, lo que aumenta la demanda y da mayor soporte a los precios.
En el plano técnico, los analistas observan que el mercado muestra señales de sobrecompra, con indicadores como el RSI en niveles elevados y ciertas divergencias que sugieren que el impulso alcista podría necesitar una pausa. No obstante, el flujo de capital hacia el oro sigue siendo sólido y, mientras la incertidumbre persista, cualquier retroceso podría interpretarse como una oportunidad de compra. Los principales niveles de soporte se ubican en torno a los 3,800 y 3,755 dólares por onza, mientras que una ruptura convincente por encima de los 3,900 abriría la puerta a nuevos récords.
El panorama para la semana entrante dependerá en buena medida de lo que ocurra con las negociaciones políticas en Washington y de la publicación de datos económicos relevantes. Si el gobierno estadounidense logra evitar el shutdown, parte de la presión podría relajarse, aunque la expectativa de recortes de tasas mantendría al oro respaldado. En cambio, si la crisis política se prolonga, el metal precioso podría extender su ascenso más allá de los máximos actuales.
En conclusión, el oro se consolida como el gran ganador en este entorno de incertidumbre global. Con factores políticos, económicos y técnicos confluyendo a su favor, el XAU/USD se mantiene en un terreno de clara fortaleza. Sin embargo, el riesgo de correcciones técnicas no desaparece y los operadores deberán estar atentos a los próximos acontecimientos en Estados Unidos, que marcarán el rumbo del mercado en las siguientes jornadas.