Según explicó el mandatario, la estrategia estará a cargo de la Unión Campesina Nacional Ezequiel Zamora, organización que ya agrupa a un número importante de productores rurales. La idea es rescatar tierras que han estado improductivas y transformarlas en espacios activos que aporten alimentos básicos como maíz, arroz, hortalizas y proteínas animales, rubros que hoy dependen en buena parte de las importaciones.
Maduro también llamó a la banca nacional a asumir un papel más protagónico en este proceso, ofreciendo créditos accesibles y oportunos que permitan a los campesinos invertir en insumos, semillas y tecnología. Según su planteamiento, el financiamiento debe ser un pilar del plan para garantizar que la producción no se quede en promesas y se convierta en un motor real de la economía.
El Gobierno asegura que con esta medida se busca diversificar la producción, reducir la dependencia del mercado externo y al mismo tiempo aprovechar la posibilidad de exportar rubros estratégicos. Al rescatar la figura del conuco, no solo se pretende mantener viva una práctica tradicional de las comunidades rurales, sino también adaptarla a un esquema moderno que permita mayor rendimiento y organización comunal.
El desafío, sin embargo, es considerable. La falta de combustible, el acceso limitado a maquinaria y los altos costos de insumos han frenado en los últimos años el desarrollo agrícola. Para que el plan prospere, será necesario un esfuerzo sostenido que permita a los productores trabajar con estabilidad y confianza.
Con la activación de estas tierras, el Gobierno busca reposicionar al campo como uno de los pilares de la economía nacional. Ahora queda por verse si este impulso logra materializarse en resultados concretos y si los conucos podrán convertirse en una verdadera solución para el abastecimiento interno y la generación de divisas.