El último repunte del dólar estuvo respaldado por cifras que sorprendieron al alza. El producto interno bruto estadounidense fue revisado al alza en el segundo trimestre, las órdenes de bienes duraderos crecieron casi un tres por ciento en agosto y las solicitudes de subsidio por desempleo bajaron a 218 mil, su menor nivel desde julio. Todo esto redujo las apuestas de que la Reserva Federal aplicará recortes de tasas más agresivos en lo que queda del año, lo que dio más soporte al billete verde frente al euro.
A la presión de los datos se suma un nuevo frente: la política comercial. Desde Washington se anunciaron gravámenes que alcanzan el 100 % en medicamentos de marca, un 25 % para camiones pesados y hasta un 50 % en gabinetes de cocina. La noticia reavivó el temor a una escalada proteccionista que ya empieza a reflejarse en el sentimiento de los mercados, favoreciendo al dólar como activo refugio y debilitando a las divisas de mayor riesgo.
En el plano técnico, el EUR/USD mantiene un sesgo claramente bajista tras haber perforado líneas de tendencia importantes. Los operadores ahora observan el nivel de 1,1650 como soporte inmediato, con riesgos de caídas hacia 1,1610 y 1,1575 si la presión vendedora se intensifica. Del lado contrario, una recuperación más firme requeriría superar los 1,1725 primero y luego 1,1755, con un objetivo más ambicioso en la zona de 1,1820 que corresponde a los máximos de septiembre.
La atención del mercado está puesta en el dato del índice de precios del gasto en consumo personal, mejor conocido como PCE, que se publicará este viernes en Estados Unidos. Si la inflación sorprende a la baja, podría devolver algo de aire al euro y aumentar las expectativas de recortes de tasas por parte de la Fed. Sin embargo, si el reporte confirma la solidez de la economía estadounidense, lo más probable es que el euro siga bajo presión y el dólar mantenga la ventaja en el corto plazo.
Conclusión
El par EUR/USD enfrenta una tormenta difícil: el dólar recibe apoyo de datos sólidos y de un renovado giro proteccionista en la Casa Blanca, mientras que el euro no encuentra un catalizador propio que le dé fuerza. Todo dependerá del PCE inflacionario, que será decisivo para marcar el rumbo de la divisa europea frente al billete verde en las próximas sesiones.