El consenso del mercado apunta a que la inflación interanual en septiembre se ubique en 2,3 %, un repunte explicado en gran parte por los precios de la energía. Sin embargo, los analistas coinciden en que este repunte sería temporal, ya que a partir de octubre las presiones podrían moderarse y llevar la inflación nuevamente por debajo del 2 %. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, también se mantendría en torno a 2,3 %, lo que revela que todavía existen tensiones en el núcleo del índice.
Los datos por país ya anticipan cierta presión. Alemania registró en septiembre un aumento de precios de 2,4 % interanual, por encima de lo esperado, y se convirtió en la mayor subida desde febrero. En Italia, la inflación armonizada se ubicó en 1,8 %, apenas por encima del pronóstico. Estas cifras refuerzan la idea de que la inflación en el bloque aún no termina de ceder del todo.
Ante este panorama, el Banco Central Europeo ha reiterado su posición de cautela. La tasa de referencia permanece en 2 % desde junio, y Christine Lagarde ha recalcado que los riesgos de inflación siguen “contenidos” y que el organismo no está comprometido con una dirección fija respecto a futuros ajustes. Las proyecciones del propio BCE apuntan a una inflación promedio de 2,1 % en 2025, que luego caería a 1,7 % en 2026 para recuperarse ligeramente en 2027.
En el mercado de divisas, el EUR/USD se mantiene en un rebote que luce débil. Técnicamente, el par ha oscilado entre los niveles de 1,1645 y 1,1740, pero los analistas advierten que un dato de inflación por debajo de lo esperado podría romper soportes y empujar al euro a nuevos retrocesos. En cambio, una lectura más fuerte de la inflación podría darle oxígeno frente al dólar.
El contexto global también juega un papel clave. En Estados Unidos, la Reserva Federal enfrenta presiones por los últimos datos de inflación y las expectativas de recortes de tasas. A ello se suma la incertidumbre política por un posible cierre del gobierno estadounidense, un factor que debilita al dólar y podría ofrecer soporte adicional al euro si los datos europeos sorprenden positivamente.
En conclusión, el mercado forex se encuentra en un momento de espera estratégica. El dato de inflación de septiembre en la Eurozona no solo servirá como termómetro de la salud económica del bloque, sino que también será determinante para los próximos movimientos del EUR/USD. Los traders deberán estar atentos a la publicación y a las reacciones del BCE, mientras que el entorno internacional agrega un condimento extra de volatilidad que no puede pasarse por alto.