La primera jornada giró alrededor del lema “Frente a la turbulencia, más protección”, un concepto que refleja la preocupación del gremio por los retos que impone la coyuntura global y nacional. En el escenario internacional, la fragmentación política, la incertidumbre económica y los impactos del cambio climático redefinen los riesgos. En lo local, las reformas estructurales, la presión fiscal y la necesidad de mayor inclusión financiera marcan la agenda de discusión.
Los asistentes abordaron temas de fondo como el papel de las aseguradoras en sociedades en desarrollo, la importancia de ampliar la cobertura en sectores rurales y poblaciones vulnerables, así como la modernización de la supervisión y la regulación del sector. También hubo espacio para reflexionar sobre la bifurcación demográfica y el aumento de eventos climáticos extremos, como las inundaciones y olas de calor, que obligan a las aseguradoras a replantear sus modelos de gestión de riesgo.
En el plano económico, se hizo énfasis en cómo la inflación y las altas tasas de interés impactan la rentabilidad del sector y en la necesidad de reglas claras para enfrentar las transformaciones que atraviesa el país. Las compañías coincidieron en que un marco normativo confiable es indispensable para garantizar inversiones y sostener la competitividad frente a los cambios globales.
El mensaje que deja el primer día es que las aseguradoras ya no pueden limitarse a ser simples pagadoras de siniestros. Su rol se amplía hacia la protección integral, la resiliencia ante riesgos sistémicos y la inclusión financiera, en un momento en el que millones de colombianos aún están por fuera de la cobertura aseguradora.
La Convención Fasecolda 2025 apenas comienza y promete seguir entregando discusiones de fondo que marcarán el rumbo de la industria en los próximos años. El gremio asegura que, a pesar de las turbulencias, está preparado para dar un paso adelante y consolidar su papel como un motor de protección y desarrollo en Colombia.