En los últimos días, los datos del INEGI confirmaron que la inflación general interanual alcanzó 3.74 %, con una ligera presión en el índice subyacente, que se situó en 4.26 %. Si bien ambos niveles superan todavía el objetivo de 3 % que tiene Banxico, el repunte fue menos severo de lo esperado, lo que ayudó a disipar temores de un repunte más agresivo en los precios.
Con este panorama, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió recortar en 25 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día, que pasó de 7.75 % a 7.50 %. La decisión no fue unánime, ya que uno de los integrantes optó por mantener la tasa sin cambios, aunque la mayoría respaldó la necesidad de un ajuste. La medida responde tanto al comportamiento reciente de la inflación como al contexto internacional, en el que varios bancos centrales han optado por flexibilizar sus posturas monetarias.
El recorte llega en un momento clave, pues la economía mexicana ha mostrado señales de desaceleración y el peso ha tenido cierta volatilidad frente al dólar. Banxico reconoció que los riesgos para la inflación siguen presentes, sobre todo por factores externos como los precios de energéticos, las tensiones internacionales y la posibilidad de que un debilitamiento del tipo de cambio se traslade a los precios. Aun así, el balance general de riesgos es menos adverso que en meses anteriores, lo que da un respiro en la conducción de la política monetaria.
Hacia adelante, Banxico dejó claro que evaluará nuevas reducciones en la tasa de referencia, siempre y cuando los datos de inflación confirmen que la tendencia se mantiene bajo control. De darse más recortes, el costo del crédito podría bajar ligeramente en los próximos meses, lo que tendría un impacto positivo tanto en empresas como en familias con deudas en pesos.
En conclusión, aunque la inflación todavía se encuentra por encima del objetivo oficial, la moderación en su repunte permitió a Banxico continuar con su ciclo de recortes y ajustar la tasa a 7.50 %. El reto ahora será mantener ese equilibrio entre apoyar a la economía y evitar que los precios vuelvan a descontrolarse, en un entorno global que sigue siendo incierto.