Grupo México formalizó su ultimátum a Citigroup a través de un comunicado en la Bolsa Mexicana de Valores. En él, informó que el banco estadounidense deberá consultar a su Consejo de Administración y a sus principales accionistas antes del 17 de octubre para decidir si acepta o no la propuesta. La intención de Larrea es clara: quedarse con el 100% de Banamex o con el 75% si Fernando Chico Pardo mantiene su participación del 25%, adquirida hace apenas dos semanas por 2,300 millones de dólares.
La oferta del empresario minero valora a Banamex en 9,400 millones de dólares y propone que Grupo México conserve el 60% del capital. El 40% restante se abriría a inversionistas mexicanos y Afores, con la posibilidad de lanzar una Oferta Pública más adelante para que el banco vuelva a ser una institución con mayoría de capital nacional.
Larrea dejó claro que no está dispuesto a subir su propuesta. Según el comunicado, la cifra ya es superior a lo que Citi valoró en su venta parcial, por lo que el empresario no considera necesario ofrecer más. Además, Grupo México aseguró que su posición financiera le permite absorber la compra sin necesidad de endeudarse de forma significativa. En el peor escenario, el crédito requerido sería inferior a 2 mil millones de dólares, monto que ya tiene cubierto mediante líneas de financiamiento disponibles.
El mercado reaccionó de inmediato. Las acciones de Grupo México se desplomaron más del 15% el lunes, reflejando la preocupación de los inversionistas ante el riesgo de una operación de esa magnitud. Sin embargo, el martes los títulos recuperaron algo de terreno y cerraron con una leve ganancia de 1.57%, cotizando en 138.1 pesos por acción.
A pesar del golpe bursátil, Larrea reafirmó que su conglomerado seguirá adelante con sus planes en los sectores minero, transporte e infraestructura, sin importar el desenlace de la negociación con Citi. Grupo México mantiene una deuda neta de apenas 375 millones de dólares, equivalente a 0.1 veces su EBITDA, lo que le da un margen amplio para afrontar la operación sin comprometer sus proyectos actuales.
De concretarse la compra, Larrea planea mantener al equipo directivo de Banamex y crear un comité especializado que garantice la independencia operativa del banco frente a las demás divisiones del grupo. La intención, según explicó, es fortalecer la identidad mexicana de la institución y recuperar su relevancia en el sistema financiero nacional.
La cuenta regresiva ya empezó. Citigroup tiene solo 10 días para responder al ultimátum de Germán Larrea. La decisión marcará un punto de inflexión para el futuro de Banamex y podría reconfigurar el mapa bancario en México, devolviendo al país el control de uno de sus bancos más emblemáticos.