El turismo se ha convertido en uno de los motores más fuertes de la economía nacional. Las cifras del Ministerio de Comercio muestran que la llegada de turistas extranjeros alcanzó el nivel más alto en una década, superando incluso los registros previos a la pandemia. Este crecimiento responde a una combinación de factores: la expansión de la conectividad aérea, nuevas rutas directas desde Norteamérica y Europa, y una oferta turística más diversa que mezcla naturaleza, cultura y gastronomía.
Los destinos más visitados siguen siendo Bogotá, Cartagena y Medellín, aunque Cali y el Eje Cafetero también están ganando protagonismo. San Andrés, por su parte, muestra signos claros de recuperación tras los difíciles años de crisis climática y económica. Las aerolíneas han sido protagonistas en este repunte, con un aumento notable en las reservas internacionales hacia el país durante el segundo semestre de 2025.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, Colombia ya figura entre los tres destinos con mayor crecimiento en Sudamérica. Este dinamismo se traduce directamente en generación de empleo, con más de un millón de personas vinculadas a actividades relacionadas con el turismo. Los ingresos por visitantes internacionales superan los 8.000 millones de dólares, equivalentes a más de 34 billones de pesos colombianos, lo que convierte al turismo en uno de los principales generadores de divisas del país.
El gobierno, junto con ProColombia, ha intensificado las campañas de promoción internacional con el mensaje “Colombia, el país de la belleza”, apostando por un modelo de desarrollo turístico sostenible que beneficie a las comunidades locales y preserve los ecosistemas naturales. El reto ahora es mantener este ritmo y seguir atrayendo viajeros de alto gasto, especialmente de mercados como Estados Unidos, México, Canadá y España.
Con este ritmo de crecimiento, las proyecciones indican que Colombia podría cerrar el año con más de 4,5 millones de visitantes internacionales, consolidándose como una potencia turística regional. El país no solo está recibiendo más turistas, sino que está aprendiendo a capitalizar este auge como una verdadera oportunidad económica y social.