El ascenso de Bitcoin comenzó el domingo, cuando miles de inversionistas se lanzaron a comprar ante el temor de un colapso político en Washington. En cuestión de horas, la criptomoneda rompió la barrera psicológica de los 125 mil dólares y mantuvo su valor cerca de ese nivel durante la jornada del lunes. Este movimiento se enmarca dentro de lo que algunos analistas llaman la “carrera contra la devaluación del dólar”, un fenómeno que ha hecho que los capitales busquen activos más sólidos y descentralizados.
La economía estadounidense atraviesa semanas de tensión. Los rendimientos de los bonos del Tesoro han caído y el dólar acumula su peor desempeño en tres meses, lo que ha provocado una huida hacia activos alternativos. En este contexto, Bitcoin vuelve a desempeñar el papel que muchos esperaban: una especie de “oro digital” que no depende de la política monetaria de ningún país.
En América Latina, este repunte no pasa inadvertido. En México, Argentina y Venezuela, donde las monedas locales siguen presionadas por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, el interés por las criptomonedas ha crecido de forma constante. Datos recientes de Chainalysis muestran que la región ya representa cerca del 10 % de las transacciones globales en criptoactivos, con un aumento de más del 30 % en el último año. Muchos usuarios están optando por resguardar sus ahorros en Bitcoin para protegerse de la devaluación y la inestabilidad económica.
Otro factor que alimenta esta nueva subida es el creciente flujo de capital institucional. Los fondos cotizados (ETF) respaldados por Bitcoin registraron fuertes entradas de dinero en los últimos días, lideradas por gigantes como BlackRock y Fidelity. Esta participación institucional da al mercado una base más sólida y aleja la idea de que el auge cripto se debe únicamente a la especulación minorista.
El volumen de operaciones también ha aumentado en plataformas como Binance, Coinbase y Bitso, donde se observa una fuerte demanda en los pares BTC/USD y BTC/MXN. Los futuros y derivados de Bitcoin alcanzan niveles no vistos desde 2021, lo que sugiere que muchos operadores apuestan a un precio por encima de los 130 mil dólares antes de fin de año.
Este repunte también se refleja en el mercado de divisas. La caída del dólar ha fortalecido a otras monedas como el euro y el yen, y ha generado un efecto de contagio positivo sobre Bitcoin. Cada vez que el billete verde pierde terreno, los inversores tienden a mover su dinero hacia activos no tradicionales, buscando rendimiento y seguridad.
Por ahora, el sentimiento del mercado sigue siendo optimista. Aunque algunos analistas advierten que podría haber correcciones a corto plazo, la mayoría coincide en que el valor de Bitcoin se está consolidando sobre una base más firme que en ciclos anteriores. Si la situación fiscal de Estados Unidos no mejora y la inflación global persiste, el precio podría mantenerse por encima de los 120 mil dólares durante las próximas semanas.
Bitcoin vuelve a confirmar que es mucho más que una moda tecnológica: es una respuesta directa a la desconfianza en el sistema financiero tradicional. En Latinoamérica, donde la estabilidad económica es un desafío permanente, el auge de la criptomoneda se siente más como una necesidad que como una tendencia pasajera. Y mientras los gobiernos buscan soluciones a sus crisis fiscales, el “oro digital” sigue ganando terreno entre quienes buscan proteger su dinero sin depender de nadie.