El procedimiento será ordenado: los afiliados tendrán que ingresar su solicitud en línea en las fechas que correspondan según el último dígito de su DNI. Quienes no lo hagan en la fecha inicial podrán presentar su pedido en los días libres asignados dentro de los tres meses de plazo. La SBS detalló que el retiro se realizará en cuatro armadas, cada una equivalente a 1 UIT. Esto significa que una persona que solicite el máximo de S/21,400 recibirá cuatro depósitos de S/5,350 cada uno, aproximadamente en un periodo de cuatro meses.
El sistema también contempla la opción de desistimiento. Si un afiliado decide ya no continuar con el proceso, podrá comunicarlo a su AFP, siempre y cuando lo haga con diez días de anticipación al siguiente desembolso. Esta alternativa busca dar mayor flexibilidad a quienes cambien de opinión sobre el uso de sus fondos.
El impacto de esta nueva liberación no es menor. Según la Asociación de AFP, los siete retiros anteriores ya han implicado la salida de más de S/95,000 millones del sistema privado de pensiones, lo que reduce el ahorro de largo plazo de millones de afiliados. Para muchos expertos, este tipo de medidas alivian el bolsillo en el corto plazo, pero dejan a futuro el reto de contar con pensiones más bajas.
A pesar de ello, para los hogares peruanos la prioridad inmediata sigue siendo el presente. Un retiro de S/21,400 puede convertirse en un alivio para pagar deudas, financiar estudios, iniciar un negocio o cubrir gastos de salud. El debate se mantiene abierto entre la necesidad de liquidez de la población y la sostenibilidad del sistema previsional.
En conclusión, el octavo retiro AFP representa un respiro financiero para millones de peruanos en un año marcado por la incertidumbre económica. Desde el 21 de octubre, los afiliados podrán solicitar su dinero de manera ordenada y con la posibilidad de disponer de hasta S/21,400 en cuatro pagos. La decisión final sobre cómo usar estos recursos será clave para equilibrar las necesidades inmediatas con la planificación del futuro.