El arranque de la semana encendió las alarmas en el mercado cripto. Desde el lunes, Bitcoin comenzó a retroceder con fuerza y, en cuestión de horas, los alcistas apalancados sufrieron la peor liquidación en meses. Más de mil seiscientos millones de dólares en posiciones largas fueron eliminados, lo que dejó en evidencia que el optimismo previo era insostenible. El golpe no terminó ahí: hacia el jueves volvió a repetirse otra ola de ventas forzadas que borró más de mil millones de dólares adicionales.
El ambiente en el mercado rápidamente se tornó de confianza a miedo. El índice de “miedo y codicia” se desplomó a niveles que no se veían desde abril, ubicándose en 28 puntos. Este indicador refleja cómo la psicología colectiva de los inversores puede acelerar las caídas cuando el pánico se apodera del mercado.
Un dato llamativo es que, a pesar de las fuertes liquidaciones, el nivel de apalancamiento de los traders no ha explotado al extremo. El ratio de apalancamiento de BTC se mantiene alrededor de 0.285, muy cerca de su máximo anual pero lejos de niveles récord. Esto muestra que, aunque la presión es alta, todavía no se trata de un escenario de sobreapalancamiento masivo.
Los factores macroeconómicos no colaboran. La Reserva Federal recortó tasas recientemente, pero Jerome Powell dejó en claro que el organismo no se puede permitir un relajamiento rápido sin arriesgar su lucha contra la inflación. Esta postura favorece la fortaleza del dólar y reduce el apetito por activos de riesgo como Bitcoin. A esto se suman las tensiones geopolíticas en Europa del Este y Medio Oriente, que alimentan la búsqueda de refugio en activos más tradicionales.
Los flujos institucionales también dieron señales preocupantes. Los ETFs de Bitcoin registraron salidas cercanas a los 484 millones de dólares, lo que cortó una racha positiva de varias semanas de entradas netas. Esta falta de apoyo de los grandes jugadores se convirtió en otro obstáculo para el precio.
No todo fue negativo: empresas con estrategia de largo plazo aprovecharon el retroceso para acumular. Firmas como Strategy y Metaplanet anunciaron compras significativas de BTC, reforzando sus reservas y demostrando que algunos actores siguen viendo valor en estos niveles.
A nivel técnico, el panorama sigue delicado. Tras perder la zona de los 116,000 dólares y la media móvil de 50 días, Bitcoin se mueve ahora en torno a los 109,000 dólares. Si la presión bajista continúa, los analistas miran con atención los soportes de 107,400 y 104,400 dólares. Una ruptura clara de esos niveles podría acelerar la caída. Los indicadores también respaldan esta visión: el RSI muestra pérdida de impulso y el MACD sigue marcando señales bajistas.
En conclusión, Bitcoin enfrenta una semana crítica donde las liquidaciones masivas dejaron al descubierto la fragilidad del sentimiento alcista. Con una Fed cautelosa, tensiones internacionales en aumento y los ETFs mostrando salidas de capital, el mercado parece inclinado hacia la corrección. Los próximos días serán determinantes para saber si la criptomoneda logra defender sus soportes o si se abre la puerta a un retroceso más profundo.