El balance del año pasado es alentador: 1.010 contenedores salieron de Lara con destino a mercados de América, Europa y Asia, confirmando que la región tiene músculo exportador. En lo que va de 2025, ya se han movilizado más de 26 mil toneladas de mercancía, lo que refuerza la tendencia de crecimiento. Este desempeño no solo genera divisas, sino que también fortalece la producción agrícola y fomenta empleos en la región.
El frijol mungo se ha convertido en el producto estrella, demandado en países asiáticos donde se utiliza en la industria alimenticia. Sin embargo, Emcoex también ha impulsado otros rubros que comienzan a ganar protagonismo, como la arcilla para cerámica, gracias a acuerdos con socios internacionales. Además, el café larense está en la mira de nuevos compradores, particularmente en Medio Oriente, lo que abriría oportunidades para pequeños y medianos caficultores.
El plan de expansión no se limita al comercio. En paralelo, se están formando profesionales en comercio exterior mediante diplomados y programas universitarios en Lara, con el objetivo de crear una base de talento humano capacitado para sostener este crecimiento. Esto responde a la necesidad de contar con cuadros técnicos preparados para enfrentar los desafíos logísticos, aduanales y de negociación internacional.
Por supuesto, no todo es fácil. Factores externos como restricciones de espacio aéreo con países vecinos han obligado a replantear rutas, apostando cada vez más al transporte marítimo desde el Puerto Seco Intermodal de Barquisimeto. Sin embargo, la diversificación de destinos y productos ha servido como escudo frente a estos obstáculos.
La meta para 2025 es ambiciosa: triplicar el volumen exportado y alcanzar los 3.000 contenedores. De lograrse, Lara se consolidaría como el epicentro de las exportaciones agrícolas y no tradicionales de Venezuela, aportando divisas frescas al país y consolidando la confianza de productores y mercados internacionales.
En conclusión, el trabajo de Emcoex refleja que Venezuela, y en particular Lara, tienen una ventana de oportunidad real en el comercio exterior. Con cifras en ascenso, productos con demanda global y nuevas alianzas en marcha, el panorama para este 2025 pinta favorable, siempre y cuando se logre mantener la constancia en producción y se superen las trabas logísticas que aún persisten.