Las bolsas estadounidenses aprovecharon una jornada de alivio para recuperar parte del terreno perdido en días recientes. Las grandes tecnológicas volvieron a ser protagonistas, impulsadas por la expectativa de nuevos desarrollos en inteligencia artificial y una mayor demanda de chips de alto rendimiento. Nvidia y AMD encabezaron las subidas, mientras que otras firmas del sector mostraron una reacción en cadena que ayudó a estabilizar el ánimo general del mercado.
El tono más conciliador entre Washington y Pekín también fue clave. Tras semanas de fricción, los comentarios más moderados de ambos lados fueron suficientes para reducir el nerviosismo y devolver la confianza a los inversionistas, sobre todo en empresas con fuerte exposición al comercio internacional.
Sin embargo, no todo el capital se volcó al riesgo. Parte de los fondos migró hacia acciones consideradas más seguras, como las de consumo básico, servicios públicos y salud, sectores que suelen comportarse mejor en momentos de incertidumbre. Este movimiento refleja un reacomodo táctico mientras el mercado espera señales claras sobre el rumbo de la economía y la política monetaria de la Reserva Federal.
Por ahora, el mensaje parece claro: los inversionistas no quieren perderse un posible rebote, pero tampoco están dispuestos a dejar de lado la cautela. Con los próximos reportes trimestrales y los nuevos datos de inflación a la vista, el equilibrio entre optimismo y prudencia seguirá marcando el pulso de Wall Street.