Durante 2025, el oro ha tenido un desempeño que sorprende incluso a los más veteranos del mercado. En lo que va del año, su valor acumula un aumento cercano al 50 %, impulsado por una mezcla de factores que lo han convertido en el activo estrella del momento. A nivel global, los bancos centrales han incrementado sus reservas de oro como estrategia de protección frente a la inestabilidad del dólar, mientras los grandes fondos continúan moviendo capital hacia el metal en busca de seguridad.
Este contexto ha creado una tormenta perfecta para el rally. Las expectativas de que la Reserva Federal comience a reducir sus tasas de interés en los próximos meses han debilitado al dólar y dado más aire al oro. Cada punto menos de rentabilidad en los bonos estadounidenses hace que el metal —que no paga intereses pero conserva su valor— se vuelva más atractivo.
Sin embargo, detrás del entusiasmo también se esconden señales de cautela. En el análisis técnico, el oro se encuentra en niveles de sobrecompra que podrían derivar en una corrección natural después de un ascenso tan rápido. Si se produjera un ajuste, las zonas cercanas a los 3,800 o 3,900 USD por onza podrían servir de soporte. Aun así, la tendencia general sigue siendo claramente alcista mientras se mantenga por encima de los 4,000 USD.
En América Latina, este auge tiene efectos visibles. Países con grandes reservas mineras, como México, Perú o Colombia, podrían ver una nueva ola de inversiones en exploración y extracción. Los gobiernos y bancos centrales también se encuentran ante la posibilidad de diversificar sus reservas internacionales con más oro, como estrategia frente a la volatilidad cambiaria. Para los inversionistas minoristas de la región, el metal dorado vuelve a ser una opción atractiva para proteger su poder adquisitivo ante posibles depreciaciones de las monedas locales.
Aun con todo este impulso, el mercado del oro no está exento de riesgos. Si los próximos informes de empleo e inflación en Estados Unidos muestran fortaleza, o si la Fed decide mantener las tasas altas por más tiempo, el dólar podría recuperar terreno y limitar el avance del metal. Además, una corrección técnica después de alcanzar máximos tan altos sería completamente natural.
Por ahora, el oro sigue siendo el refugio predilecto frente a un mundo incierto. Su brillo no solo refleja el valor del metal, sino también el nerviosismo de los mercados ante un panorama económico global que parece cambiar de rumbo.