Netflix vive un momento interesante en el mercado. A pesar de que su acción ha tenido un desempeño sólido en 2025, subiendo más de un 30 % en lo que va del año, varios expertos creen que el verdadero potencial de la compañía aún no se ha reflejado completamente en su cotización. El analista David Joyce, de Seaport Research Partners, considera que el impulso de su negocio publicitario está creciendo con tanta fuerza que el precio actual de la acción todavía no alcanza a capturar ese valor.
El nuevo modelo de suscripción con anuncios, lanzado hace poco más de un año, está mostrando resultados mejores de lo esperado. Netflix ha logrado consolidar una base de usuarios estable en ese segmento y atraer a grandes anunciantes que ven en la plataforma un espacio de alto retorno. Se estima que los ingresos por publicidad podrían duplicarse en 2025, y que el crecimiento se mantendrá hasta llegar a los 16 mil millones de dólares en 2030, convirtiéndose en una fuente de ingresos tan relevante como la suscripción tradicional.
Este avance se apoya en un entorno financiero sólido. Durante el segundo trimestre de 2025, la compañía reportó ingresos por 11,080 millones de dólares, un aumento del 16 % respecto al año pasado, y una utilidad neta de 3,100 millones, lo que representa un salto del 46 %. Estos resultados confirman que Netflix ha sabido manejar su crecimiento de forma rentable, algo que no todas las empresas tecnológicas pueden decir.
Algunos analistas incluso afirman que Netflix ya ganó la “guerra del streaming”. Con más de 270 millones de suscriptores en todo el mundo y una participación del 8.5 % del consumo televisivo en Estados Unidos, la compañía ha logrado combinar escala, contenido y rentabilidad. Su estrategia de control de costos, diversificación de ingresos y producción global la colocan en una posición privilegiada frente a competidores como Disney+, Prime Video y Max.
Sin embargo, no todo es optimismo. Algunos expertos advierten que gran parte del entusiasmo ya podría estar incorporado en el precio actual de la acción, lo que reduce el margen para sorpresas positivas. Además, la ejecución del modelo publicitario será clave: convertir las visualizaciones en ingresos sostenibles requiere acuerdos sólidos con anunciantes y una gestión eficiente de la plataforma. También hay que tener en cuenta que la competencia no se queda atrás. Amazon, Disney y otras plataformas están fortaleciendo sus propias ofertas con anuncios, lo que podría presionar la participación de mercado de Netflix.
A pesar de estos desafíos, la narrativa positiva sigue predominando. Los analistas de Loop Capital, por ejemplo, también elevaron su recomendación a “comprar” con un precio objetivo de 1,350 dólares, reforzando la idea de que la acción aún tiene margen de subida. Desde Morgan Stanley hasta The Motley Fool, varios informes coinciden en que la empresa mantiene una fortaleza operativa y una capacidad de crecimiento por encima del promedio del sector.
En resumen, Netflix parece estar en una fase donde su negocio avanza más rápido que su precio de acción. Si la compañía logra consolidar su división publicitaria y mantener su dominio en el entretenimiento digital, podría tener espacio para nuevas subidas en los próximos meses. No obstante, el desafío estará en sostener ese impulso en un entorno cada vez más competitivo y exigente.