Los search funds funcionan así: un grupo de inversionistas financia a un emprendedor o equipo para que busque una empresa atractiva, generalmente familiar y con flujos estables, pero con oportunidades de mejora o sin relevo generacional. Una vez encontrada, el fondo la compra y el propio emprendedor pasa a liderar la gestión. El éxito depende de su capacidad para profesionalizar, hacer crecer y modernizar el negocio, apuntando a una futura venta que entregue retornos significativos.
En Chile, aunque este modelo recién comienza a asomarse, ya hay algunos actores que están abriendo camino. Varias iniciativas locales están en fase de exploración, enfocadas en compañías medianas con ingresos entre 5.000 y 20.000 millones de pesos, márgenes positivos y espacio para expansión. El concepto ha prendido especialmente entre ejecutivos jóvenes con experiencia financiera que buscan emprender sin partir desde cero.
Este auge incipiente ocurre en un contexto donde la industria tradicional de fondos atraviesa una etapa difícil. Durante el último año, la creación de nuevos fondos no logró compensar los rescates, y muchas estrategias locales de renta variable han perdido relevancia. A eso se suma el creciente interés por activos alternativos —como deuda privada o fondos inmobiliarios—, que están ganando terreno dentro del mercado chileno. En ese escenario, los search funds aparecen como una opción fresca para diversificar y apostar por gestión activa.
Aun así, el desafío es grande. No hay una estructura regulatoria específica para este tipo de vehículos, lo que obliga a adaptaciones creativas. Además, el proceso de búsqueda puede durar años antes de concretar una adquisición, y el éxito final depende completamente del talento del gestor. Pero, si se consolida, este modelo podría ofrecer una salida atractiva a muchas empresas chilenas que enfrentan el dilema de la sucesión, conectando capital con liderazgo joven y profesional.
El interés global por los search funds respalda esa visión: en 2023 se crearon más de 50 nuevos fondos de este tipo en distintas regiones, y la tendencia sigue en alza. Chile podría ser el próximo en subirse al carro de una alternativa que mezcla lo mejor del emprendimiento y las finanzas.