El miércoles trajo turbulencias para Joby Aviation. La empresa californiana, que desarrolla aeronaves eléctricas de despegue vertical (eVTOL), informó una emisión de más de 30,5 millones de acciones que le permitirá recaudar alrededor de 514 millones de dólares. El objetivo de la compañía es fortalecer su capacidad de producción y avanzar en la certificación regulatoria para lanzar sus servicios comerciales de taxis aéreos. Sin embargo, el mercado no reaccionó con el entusiasmo esperado. Los inversionistas interpretaron la medida como un signo de dependencia del financiamiento externo, lo que generó una fuerte caída en el precio de sus acciones durante la jornada.
Joby, respaldada por gigantes como Toyota y con presencia creciente en Nueva York y otras ciudades del mundo, busca posicionarse como pionera en movilidad aérea urbana. Pero esta nueva emisión dejó claro que su camino hacia la rentabilidad todavía está lleno de desafíos. En un contexto de tasas altas y capital más caro, el financiamiento de proyectos tecnológicos disruptivos enfrenta un escrutinio cada vez mayor.
Mientras tanto, Owens & Minor (OMI) decidió reordenar su tablero. La compañía estadounidense de distribución de productos médicos anunció la venta de su unidad “Products & Healthcare Services” a la firma de capital privado Platinum Equity por 375 millones de dólares en efectivo. Esta operación busca mejorar su liquidez y concentrar esfuerzos en negocios con mayores márgenes. La venta llega en un momento clave, tras varios trimestres de resultados débiles y una deuda que limitaba su capacidad de maniobra. Con esta decisión, OMI intenta retomar el control de su balance y recuperar la confianza de los inversionistas.
La jornada bursátil demostró una vez más cómo las decisiones corporativas pueden mover montañas en cuestión de horas. Mientras Joby lidia con el costo del crecimiento, OMI apuesta por un reajuste estructural que podría marcar un punto de inflexión. Ambas historias, con desenlaces distintos, reflejan el pulso real de los mercados: innovar cuesta, pero no reorganizarse a tiempo puede salir aún más caro.
Conclusión
En un solo día, el mercado estadounidense dejó dos lecciones claras. Para las empresas tecnológicas emergentes, el financiamiento agresivo puede ser un arma de doble filo. Y para las compañías tradicionales, una reestructuración a tiempo puede ser la clave para sobrevivir. Joby y OMI mostraron dos caras del mismo desafío: cómo mantener la confianza del mercado mientras se busca oxígeno financiero en tiempos de incertidumbre.