Durante los primeros nueve meses de 2025 el precio de los bienes y servicios en CABA acumula un aumento del 22,7 % y, en la comparación interanual, la variación llega al 35 %. En este contexto inquietante, se destaca que en septiembre los bienes (2,3 %) se encarecieron más que los servicios (2,1 %), una inversión de tendencia poco habitual que evidencia el peso de los costos importados y ajustes de producción en los precios finales.
Pero más allá del número en la Ciudad, la lectura más relevante está puesta sobre el dato nacional. En un contexto donde el dólar oficial mostró saltos, donde la banda cambiaria se tensiona y donde las expectativas inflacionarias siguen al acecho, este 2,2 % aparece como una advertencia: quizá el IPC nacional de septiembre supere el 2 %. Esa posibilidad ya fuerza a las consultoras y actores del mercado a corregir sus proyecciones previamente más moderadas.
El gobierno sabe que no puede pasar por alto este tipo de señales: mantener tasas de interés reales apropiadas, controlar la emisión y aportar certezas en el frente cambiario serán cruciales para contener el arrastre inflacionario. Porque cuando los precios comienzan a escaparse, todo el sistema económico se pone en alerta.