Durante los últimos días, el dólar se ha reforzado frente a las principales divisas mundiales. Este comportamiento está vinculado al hecho de que los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos han subido, lo que incrementa la presión de la moneda estadounidense al alza. Además, los mercados están interpretando que la Fed podría no recortar tasas tan pronto como algunos habían previsto, lo que también refuerza al dólar.
Sin embargo, esta fortaleza tiene sus límites. Por un lado, el crecimiento económico de Estados Unidos muestra signos de desaceleración, lo que compromete la capacidad del dólar para mantenerse firme en un tramo ascendente prolongado. Por otro lado, prevalece la expectativa de que la Fed termine adoptando una postura más flexible (o incluso recorte tasas) si los datos de empleo, inflación o actividad decepcionan. Esta combinación da como resultado un dólar “más fuerte”, sí, pero dentro de un rango moderado, sin explosión de ganancias.
Para los participantes del mercado latinoamericano, el escenario trae ciertas implicaciones concretas. Si el dólar sigue ganando terreno, las monedas de la región pueden sentir presión, especialmente aquellas economías que dependen del endeudamiento en dólares o que están muy vinculadas al comercio internacional con EE.UU. Por el contrario, en un contexto de dólar más fuerte, quienes exportan o tienen costos en moneda local y facturación en dólares podrían verse favorecidos. Asimismo, es clave que los traders en pares como USD/MXN, USD/BRL o USD/CLP estén muy atentos a los anuncios de la Fed, los datos de inflación y empleo de EE.UU., así como cualquier evento geopolítico que pueda alterar el apetito por riesgo global.
Conclusión
El dólar se encuentra en una fase de ligera recuperación frente a las divisas más importantes, apoyado por factores como el alza de los rendimientos y una Fed que mantiene cierta cautela. No obstante, las limitaciones están claras: crecimiento debilitado, inflación que preocupa y expectativas de flexibilización en el horizonte. En este entorno, los operadores latinoamericanos deben mantenerse alertas y no dar por sentado un avance fuerte y sostenido del dólar, sino más bien prepararse para movimientos moderados o incluso correcciones.