El mercado cambiario venía de varios días de calma y hasta de retrocesos en la cotización del dólar blue. El billete informal había perdido $80 en el acumulado semanal, algo que no se veía desde hace varios meses. Sin embargo, sobre el final de la semana el panorama cambió: con las nuevas restricciones en marcha, el paralelo reaccionó y recuperó $30 en pocas horas.
La explicación del rebote está en las medidas que lanzó el Banco Central junto a la Comisión Nacional de Valores, que buscan frenar la operatoria especulativa en los dólares financieros. Entre las decisiones más relevantes se destacan las limitaciones para operar con cauciones y el mayor control sobre inversores institucionales, con el objetivo de reducir la presión sobre el MEP y el contado con liquidación.
El impacto fue inmediato: los dólares financieros se movieron de manera dispar. Mientras que el MEP perdió atractivo por las restricciones, el CCL se mantuvo más estable, aunque con mayor vigilancia oficial. En este contexto, muchos operadores buscaron cobertura en el blue, lo que impulsó el salto de la cotización.
El rebote también se da en un momento particular para la política cambiaria. El Gobierno de Javier Milei avanza con la eliminación gradual del cepo, lo que genera tensiones en el mercado. La apertura para personas físicas, sumada al sistema de bandas de flotación que fija un techo y un piso para el tipo de cambio, dejó al Banco Central con menos margen para tolerar movimientos bruscos en el paralelo.
Pese a la suba de $30, el balance semanal siguió siendo negativo para el blue. Esto demuestra que el rebote fue más una reacción técnica a las medidas oficiales que un cambio de tendencia en sí mismo. De todas formas, el movimiento dejó en claro que el mercado paralelo sigue sensible a cualquier anuncio de regulación y que la tensión cambiaria está lejos de disiparse.
En definitiva, el blue volvió a marcar presencia y recordó que aún con el mercado formal más activo y vigilado, el circuito informal sigue siendo un termómetro clave de la economía. Habrá que seguir de cerca cómo reaccionan los dólares financieros y qué tan efectiva resulta la estrategia del Gobierno para mantener a raya al paralelo sin poner en riesgo la estabilidad cambiaria.