El adelanto del décimo tercer sueldo llega en un momento en que el país enfrenta un contexto económico desafiante, con una inflación moderada y un consumo interno que avanza con lentitud. El Gobierno considera que esta medida permitirá mejorar el flujo de efectivo en los hogares y estimular las ventas del comercio minorista, sobre todo en los meses previos a diciembre.
El Ministerio de Economía y Finanzas confirmó que los recursos para este pago ya están asegurados y que no afectarán las demás obligaciones del Estado. Según los técnicos de la cartera, la decisión es parte de una estrategia para mantener el equilibrio fiscal sin dejar de atender las necesidades sociales.
Analistas económicos ven el anuncio como un movimiento acertado para reactivar el consumo y aliviar la presión financiera de las familias, aunque advierten que el impacto será temporal si no se acompaña de políticas más amplias que fomenten la inversión y el empleo formal.
En términos políticos, el adelanto también refuerza la imagen de Noboa como un mandatario cercano a la ciudadanía, dispuesto a tomar decisiones rápidas en favor del bienestar familiar. Sin embargo, el desafío estará en sostener la liquidez estatal durante el cierre del año sin comprometer los pagos futuros.
En definitiva, el pago anticipado del décimo tercer sueldo representa una jugada económica y política clave que busca generar confianza, mover el consumo y proyectar estabilidad en medio de un panorama de ajustes. Los próximos meses mostrarán si esta medida logra consolidar el impulso que el Gobierno espera.