El cálculo de la dieta parte de la misma base que reciben actualmente otros expresidentes como Michelle Bachelet, Eduardo Frei y Ricardo Lagos. La cifra líquida ronda los $6 millones, pero el beneficio no termina ahí. A ese monto se suman recursos adicionales para cubrir oficinas, personal de apoyo y traslados, lo que en la práctica eleva el costo mensual para el Estado a más de $16 millones.
El detalle aparece en el proyecto de Presupuesto 2026, que ingresó recientemente al Congreso. Según el documento, se destinarán recursos específicos para este ítem, dado que Boric será expresidente a partir de marzo de ese año. La decisión ha generado incomodidad incluso dentro del oficialismo, ya que la discusión sobre si corresponde que un exmandatario tan joven perciba este beneficio no está cerrada.
Durante los últimos meses se intentó aprobar una reforma constitucional para modificar este régimen. La propuesta buscaba establecer que la dieta solo pudiera recibirse a partir de los 65 años y que los expresidentes tuvieran un periodo mínimo de espera antes de acceder a ella. Sin embargo, la votación en la Cámara de Diputados no alcanzó el quórum requerido y la iniciativa quedó archivada al menos por un año.
En paralelo, otra moción que proponía fijar un monto único y reducir los beneficios adicionales tampoco prosperó. Con esto, Boric quedará en las mismas condiciones que sus antecesores y recibirá la dieta completa desde el día en que deje la Presidencia.
El tema ha abierto un debate sobre equidad y responsabilidad fiscal. Por un lado, hay quienes sostienen que el pago vitalicio asegura estabilidad a quienes han ocupado el cargo más alto del país, evitando que se vean condicionados por presiones económicas. Por otro, se cuestiona que se mantengan beneficios de este nivel en un contexto de estrechez presupuestaria y con un expresidente que dejará La Moneda con apenas 40 años.
Conclusión
El presupuesto que comenzará a regir en 2026 deja claro que Boric accederá a la dieta vitalicia apenas abandone el poder. Con una asignación base cercana a los $6 millones y un gasto total que superaría los $16 millones mensuales, la discusión sobre la pertinencia de este beneficio seguirá marcada por la tensión entre tradición institucional y demandas de mayor austeridad. Lo cierto es que, salvo un cambio legislativo futuro, Boric quedará en la misma condición que sus antecesores y con un ingreso garantizado de por vida.