Conseguir una jubilación de $750 mil al mes es posible, pero exige disciplina y planificación. Los cálculos que manejan las consultoras y la propia Superintendencia de Pensiones muestran que un hombre que comienza a cotizar a los 25 años, mantiene constancia en sus aportes y se jubila a los 65 años necesitaría acumular entre $160 y $200 millones. En el caso de una mujer, la cifra suele ser mayor —entre $180 y $220 millones— porque el retiro anticipado a los 60 años reduce los años de ahorro y, además, la expectativa de vida es más larga.
El peso de la constancia es enorme. Un trabajador que cotiza todos los meses sin lagunas tiene muchas más posibilidades de acercarse a esa pensión. En cambio, quienes presentan períodos sin cotizar deben compensar con aportes voluntarios, más años en la vida laboral o aceptando una jubilación más baja.
Otro factor decisivo es la rentabilidad. Fondos con retornos reales de entre 4% y 5% anual pueden marcar la diferencia entre llegar o no a la meta. También el crecimiento real del sueldo imponible influye, ya que al subir los ingresos se eleva el monto de las cotizaciones y el saldo acumulado.
El panorama actual además está marcado por la discusión de la reforma previsional. Se habla de un aumento en la cotización obligatoria y de aportes compartidos entre trabajadores y empleadores. Si esos cambios avanzan, podrían mejorar las pensiones futuras, pero en ningún caso significarán que desaparezca la necesidad de un ahorro constante.
Para quienes hoy tienen 30 años, alcanzar una pensión de $750 mil al mes implica ahorrar con disciplina durante toda la vida laboral y acumular cerca de $180 a $200 millones al jubilar. En cambio, para quienes tienen 45 años o más, la tarea se vuelve cuesta arriba, porque queda menos tiempo y los aportes voluntarios necesarios son mucho más altos.
Conclusión
Tener una pensión de $750.000 en Chile es una meta ambiciosa, pero alcanzable si se comienza temprano, se evitan lagunas y se complementan los ahorros con instrumentos como el Ahorro Previsional Voluntario. En definitiva, no se trata solo de cuánto ganas hoy, sino de cuánto eres capaz de mantener en el tiempo y de la rentabilidad que consigas en tus fondos. La clave está en planificar con anticipación y no dejar la jubilación al azar.