El impacto fue inmediato. Los inversionistas reaccionaron con desconfianza y provocaron un derrumbe de más del 9 % en el valor de Kenvue, una caída que marcó un nuevo mínimo para la compañía. El temor se centra en posibles consecuencias legales, restricciones regulatorias y un golpe a la reputación de la marca, que depende en gran medida de la confianza del consumidor.
La polémica nace en medio de un ambiente político cargado. Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud, habría impulsado el documento que pone bajo la lupa al acetaminofén, componente activo de Tylenol. Esta postura, sin embargo, ha sido cuestionada por la comunidad médica, que advierte que los estudios existentes solo muestran asociaciones débiles y no pruebas de causalidad. Es decir, no está claro si el medicamento en sí genera un riesgo, o si son otros factores vinculados al embarazo los que podrían explicar esas coincidencias.
Mientras tanto, la industria farmacéutica observa con cautela. Un informe de este tipo podría abrir la puerta a demandas colectivas y generar un efecto dominó en los fabricantes de analgésicos a nivel global. Para Kenvue, el reto es mayor: Tylenol es uno de sus productos estrella y cualquier golpe a su reputación afecta directamente sus ingresos.
Por ahora, las agencias de salud como la FDA mantienen su postura de que el acetaminofén sigue siendo seguro siempre que se use en las dosis recomendadas. Sin embargo, el ruido político y mediático ya impactó en los mercados y será difícil contener el daño reputacional en el corto plazo.
El caso se ha convertido en un claro recordatorio de cómo las declaraciones de figuras públicas y los reportes oficiales pueden mover con fuerza las bolsas, incluso antes de que exista un consenso científico sólido. Para los inversionistas, la clave será seguir de cerca la publicación oficial del reporte y evaluar si se abren procesos legales o medidas regulatorias adicionales que puedan seguir presionando a Kenvue en el mercado.
Conclusión
Aunque la caída bursátil refleja un fuerte golpe de confianza, lo cierto es que hasta ahora no existe una confirmación científica de que Tylenol cause autismo. La incertidumbre, sin embargo, ya puso a Kenvue en el ojo del huracán y la mantendrá bajo presión mientras se aclara el panorama.