La Bolsa de Comercio de Santiago (BCS) volvió a operar al alza, pero a un ritmo moderado. En las últimas semanas, el IPSA se había disparado hasta romper barreras históricas —por ejemplo, superó los 8.700 puntos en agosto. Pero hoy los ganadores no se multiplican como antes, y se ve un mercado más selectivo.
Esto se debe a que factores externos —como la política monetaria en Estados Unidos, los riesgos geopolíticos y la evolución del dólar— vuelven a tomar protagonismo. En Chile, además, el precio del cobre sigue siendo un barómetro clave: cuando sube, alivia tensiones; cuando baja, las alertas se encienden.
En el ámbito interno, los inversionistas evalúan con lupa los resultados de empresas más grandes, así como los datos macroeconómicos: inflación, crecimiento del PIB, apreciación del peso chileno frente al dólar. Todo ello alimenta la idea de que ya no estamos en una fase de euforia pura, sino en un momento de consolidación.
Para quienes operan o mantienen carteras en Chile, la clave pasa por diferenciar. En vez de buscar avances genéricos, es más prudente identificar empresas con buen balance, exposición internacional inteligente o que se beneficien directamente de la reactivación. Al mismo tiempo, estar atentos a señales externas: un cambio abrupto en las tasas o una sorpresa negativa en China pueden frenar este ciclo.
El mensaje es claro: el mercado chileno sigue vivo, pero el entorno exige mayor preparación y elecciones más cuidadosas. No se trata sólo de subir, sino de cómo y dónde subir.