Este subsidio nació con la intención de reactivar la compra de viviendas y aliviar el alto costo de los créditos hipotecarios, ofreciendo hasta dos puntos porcentuales de rebaja en la tasa de interés. La ley definió un universo de 50 mil subsidios para viviendas de hasta UF 4.000, pero la alta demanda está consumiendo los fondos a una velocidad mayor de la esperada.
Hasta ahora, se han ingresado más de 23 mil solicitudes, de las cuales unas 13.500 ya fueron aprobadas. Otras 8.400 están en proceso de evaluación y poco más de mil fueron rechazadas. Estos números muestran que el ritmo de uso es tan intenso que podría agotar el beneficio en cuestión de meses.
El Ministerio de Hacienda ya reconoce que el escenario es complejo y por eso incluyó en el Presupuesto 2026 una capitalización de US$ 120 millones para sostener el programa y cubrir hasta 30 mil créditos más. Aun así, en la industria inmobiliaria y en la banca preocupa que los recursos no sean suficientes si la demanda sigue acelerada.
El impacto en el sector ha sido evidente. BancoEstado, por ejemplo, ya ha financiado más de 4.700 viviendas gracias al subsidio y espera llegar a 20 mil durante toda la vigencia del programa. El interés de los compradores también se ha disparado, lo que confirma que el beneficio ha sido clave para dinamizar el mercado en un momento en que las ventas venían cayendo.
Sin embargo, no todos creen que extender el subsidio sea la mejor solución. Algunos expertos advierten que, si se convierte en una medida permanente, podría generar una dependencia del mercado inmobiliario respecto del apoyo estatal. De ahí que se hable de una eventual “Ley 2.0” que ajuste los parámetros del programa, como los valores de las viviendas cubiertas o la cantidad de cupos, pero sin volverlo indefinido.
Para el gobierno, el dilema es claro: mantener el impulso del sector construcción y facilitar el acceso a la vivienda, pero sin comprometer el equilibrio fiscal. La decisión sobre si reforzar aún más los recursos o rediseñar el programa se transformará en un punto clave dentro del debate presupuestario del próximo año.