En la comparación mes a mes también hubo señales de fortaleza. Frente a las 54.813 motos patentadas en agosto, septiembre mostró un avance del 7,7%. Si se observa el acumulado entre enero y septiembre, el número asciende a 474.575 unidades, casi un 40% más que en el mismo período del año pasado.
El liderazgo en el mercado continúa en manos de Honda, que en septiembre registró 11.547 motos. Detrás se ubicaron Gilera con 8.091, Motomel con 6.999, Zanella con 5.372 y Keller con 5.269. Entre los modelos más vendidos predominan los de baja cilindrada, que combinan precios más accesibles y bajo consumo. La Honda Wave 110 volvió a ocupar el primer lugar con 6.056 unidades, seguida de cerca por la Gilera Smash con 5.478. También se destacaron la Keller KN 110-8, la Motomel B110 y el Corven Energy 110, que desplazó a la Mondial LD 110 Max al sexto puesto.
El crecimiento de este segmento responde a varios factores. Por un lado, la moto se consolida como una alternativa de movilidad económica frente al costo cada vez más alto de la nafta y el transporte público. Un modelo popular puede encontrarse en el rango de 1.200.000 a 1.800.000 pesos, un monto muy inferior al de cualquier auto usado básico. Además, los planes de financiación en cuotas y algunos programas de incentivo oficial facilitan el acceso en un contexto donde otras compras resultan más difíciles. También hay un cambio cultural evidente: cada vez más trabajadores optan por la moto como herramienta de trabajo, sobre todo en el sector de repartos y delivery.
La mejora en los patentamientos tiene un impacto directo en la actividad económica. No solo beneficia a las concesionarias, sino también a toda la red de talleres, aseguradoras y proveedores de repuestos. Al mismo tiempo, le da aire a la producción nacional, que concentra buena parte de los modelos de baja cilindrada más vendidos.
El balance de septiembre deja un panorama alentador. La industria de motovehículos no solo recupera niveles frente al año pasado, sino que además mantiene un ritmo mensual creciente. De sostenerse esta tendencia, el 2025 podría cerrar con un volumen superior a las 600.000 motos patentadas, superando ampliamente los niveles de los últimos dos años.
En un escenario económico desafiante, la moto se reafirma como el vehículo de los argentinos: una opción práctica, accesible y eficiente que sigue ganando terreno en las calles del país.