La jornada comenzó con dudas desde el arranque. Tras encadenar tres sesiones de récords, los índices parecían necesitar un respiro y así ocurrió. El Dow Jones fue el más golpeado, retrocediendo cerca de 0,4 %, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq cedieron en torno a 0,3 %.
El sector tecnológico se llevó nuevamente los reflectores, pero no precisamente de forma positiva. Empresas como Nvidia, Apple y Oracle registraron caídas que superaron en algunos casos el 0,8 %. Incluso gigantes del comercio electrónico como Amazon se vieron arrastrados. A esto se sumó el desplome de Freeport-McMoRan, que ajustó a la baja sus proyecciones de minerales y provocó presión adicional en el mercado.
El factor que terminó de inclinar la balanza fue la intervención de Jerome Powell. Sus declaraciones acerca de que los precios de los activos podrían estar en niveles demasiado altos activaron señales de alerta. Lo particular es que sus palabras llegaron justo después de que la Fed recortara tasas la semana pasada, una decisión que en principio debería impulsar al mercado. La contradicción no pasó desapercibida: por un lado se busca estimular la economía, pero por otro se reconoce el riesgo de burbujas en los activos financieros.
También influyó un dato económico inesperado. Las ventas de viviendas nuevas en Estados Unidos subieron más de 20 % en agosto, lo que refuerza la idea de que el sector inmobiliario sigue firme y que la Fed podría moderar futuros recortes de tasas. Para muchos analistas, esto limita el margen de estímulo monetario en lo que resta del año.
Mirando hacia adelante, los expertos coinciden en que esta corrección es, hasta ahora, moderada y hasta saludable, después de una subida tan fuerte en septiembre. No obstante, la atención estará puesta en los próximos reportes de inflación subyacente, el famoso índice PCE, que la Reserva Federal utiliza como referencia. Si ese dato muestra señales de persistencia inflacionaria, el mercado podría enfrentar nuevas turbulencias.
Por ahora, lo cierto es que Wall Street tomó un respiro. La combinación de advertencias de la Fed, datos económicos mixtos y ventas en el sector tecnológico enfrió el rally de septiembre y devolvió la cautela a los inversionistas.