El índice Merval de Buenos Aires subió más de 6 % impulsado por un fuerte ingreso de capitales, mientras los bonos soberanos avanzaron con fuerza en los mercados internacionales. El peso argentino también tuvo un respiro, marcando una jornada de apreciación poco común en medio de la crisis cambiaria que atraviesa el país.
La reacción fue inmediata tras las declaraciones de funcionarios del Tesoro estadounidense, quienes detallaron que Washington evalúa dos vías de apoyo: por un lado, la compra de bonos argentinos en el mercado y, por otro, la apertura de líneas de swap de divisas para dar mayor liquidez al Banco Central. Esta señal fue interpretada como un espaldarazo político y económico a la actual gestión, que lucha contra la inflación y la escasez de reservas.
El impacto positivo no pasó desapercibido en el resto de la región, donde operadores coincidieron en que Argentina vivió uno de sus días más sólidos en los últimos años. Sin embargo, la pregunta que queda abierta es si este alivio se sostendrá en el tiempo o si se trata de un rebote puntual en un contexto todavía marcado por fuertes desequilibrios fiscales y monetarios.