La Bolsa de Santiago arrancó la semana con una clara recuperación, mostrando que el apetito por riesgo sigue vivo pese a la incertidumbre que arrastra la economía global. Lo que más llamó la atención fue el volumen de negocios, mucho más fuerte de lo habitual, lo que muestra que no se trató solo de ajustes puntuales, sino de un movimiento con convicción por parte de los inversionistas.
Las acciones ligadas al consumo y a la banca lideraron las alzas dentro del IPSA, reflejando el optimismo que dejó el feriado largo y la expectativa de que la demanda interna podría mejorar en lo que resta del año. A esto se suma el buen tono de los mercados internacionales, donde las principales plazas se han mantenido positivas gracias a señales de que la política monetaria en economías desarrolladas podría comenzar a relajarse en los próximos meses.
Otro factor que suma es el cobre, cuyo precio se mantiene en niveles estables, entregando respaldo a la bolsa local dado el peso que tiene el metal rojo en la economía chilena. El tipo de cambio, por su parte, ha mostrado algo de volatilidad, pero sin generar grandes presiones sobre las empresas que dependen de insumos importados.
El ambiente, sin embargo, no está libre de riesgos. Los inversionistas siguen atentos a la evolución de la inflación en Estados Unidos y Europa, a la política de tasas de interés de la Reserva Federal y a los eventuales impactos de tensiones comerciales globales. Además, a nivel local, los próximos resultados empresariales serán clave para confirmar si este repunte del IPSA tiene base sólida o si solo se trata de un respiro temporal.
En resumen, la Bolsa de Santiago vuelve a mostrar señales positivas tras el paréntesis de Fiestas Patrias, con un inicio de semana donde el volumen y la tendencia al alza refuerzan el optimismo. Si el contexto internacional se mantiene estable, el mercado chileno podría seguir encontrando oportunidades para extender este buen momento en el corto plazo.