El nuevo panorama comercial
El 1 de mayo de 2023 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio entre Ecuador y China, convirtiéndose en el primer acuerdo de este tipo que el país firmaba con una potencia asiática. Doce meses después, las cifras muestran un aumento en el intercambio comercial, con más de 10.000 millones de dólares transados entre exportaciones e importaciones.
En el lado positivo, las exportaciones no petroleras a China superaron los 1.600 millones de dólares en los primeros meses de 2025, lo que significó un incremento superior al 9% frente al año anterior. El Ministerio de Producción estima que solo por el impacto del TLC, el país recibió alrededor de 104 millones de dólares adicionales en ventas externas, una cifra que confirma que el acuerdo abrió puertas en el mercado asiático.
El producto estrella sigue siendo el camarón, que generó cerca de 1.000 millones de dólares en exportaciones a China entre enero y abril de este año. A este le siguieron los concentrados de cobre y plomo, que alcanzaron más de 430 millones, y en menor medida otros minerales y productos agrícolas como banano, cacao y balsa. Este repunte confirma la relevancia del sector acuícola y minero en la relación bilateral.
Luces y sombras en las exportaciones
No todos los sectores, sin embargo, tienen la misma historia que contar. Las exportaciones no petroleras ni mineras, si se excluye al camarón, registraron una caída cercana al 14% durante 2024. Esto evidencia que muchos productores ecuatorianos aún no logran insertarse en el mercado chino, ya sea por falta de competitividad, por trabas logísticas o por exigencias sanitarias que dificultan el ingreso de ciertos bienes.
Esta realidad demuestra que, aunque el TLC ha dado oxígeno a rubros clave, todavía hay un camino pendiente para diversificar la oferta y evitar que el comercio con China dependa de unos pocos productos.
Importaciones con peso propio
Mientras tanto, China sigue siendo un proveedor fundamental para Ecuador. Del país asiático llegan principalmente teléfonos móviles, electrodomésticos, vehículos, maquinaria y todo tipo de bienes manufacturados. Estas importaciones son atractivas por su precio competitivo, pero también implican una presión sobre la balanza comercial, ya que en varios rubros las compras superan con amplitud a las ventas ecuatorianas.
El desafío de la diversificación
El TLC con China no puede ser visto como una fórmula mágica. El crecimiento de las exportaciones es un avance, pero el país todavía depende en exceso del camarón y de los minerales. Para consolidar este acuerdo, Ecuador necesita fortalecer la producción agrícola y agroindustrial, invertir en infraestructura logística y trabajar en protocolos sanitarios que faciliten el ingreso de más productos. Solo así los beneficios del tratado se podrán sentir de manera más amplia en toda la economía.
Conclusión
El primer año del TLC con China deja un balance mixto: éxitos claros en sectores como el camarón y la minería, pero también retos enormes para diversificar la oferta exportadora. El camino está abierto y las oportunidades existen, pero aprovecharlas dependerá de que Ecuador logre dar el salto hacia una producción más variada y competitiva.